Dicen que antes no necesitabamos el lenguaje verbal para comunicarnos, que la telepatía y los gestos eran mas que suficientes para hacernos saber unos a otros lo que queríamos comunicar. Dicen los que estudian y saben, que inventamos el lenguaje para poder dominarnos y controlarnos, en realidad para falsear y engañar, para someter al otro. Vaya invento que nos mandamos.
Lo cierto que aunque inventamos el lenguaje con ese fin, aunque luego lo sofisticamos a la máxima expresión con muchas lenguas, idiomas y dialectos, aunque luego quisimos organizarlo a través de tantas definiciones y gramática, lo cierto que si nos ha servido para controlar, pero poco nos ha servido para comunicarnos.
Vivimos con miles de herramientas supuestamente útiles para comunicar (teléfonos, teléfonos móviles, sms, videoconferencias, chat, redes sociales, cartas, telegramas, libros, radio, etc, etc) y estamos en la época en que menos capaces de comunicar somos.
Porque cada vez más, estamos metidos dentro de nosotros mismos, incapaces de expresar con sinceridad nuestros sentimientos y mucho menos confiar plenamente en los otros. Hemos perdido la capacidad de leer las intenciones y el interior del otro y por eso desconfiamos hasta de nuestra propia sombra.
Decimos que hablamos, pero en realidad guardamos silencio, actuamos que decimos pero en realidad nunca llegamos a decir verdaderamente nada. Utilizamos todas las herramientas técnicas que están a nuestro alcance pero en realidad no le damos el uso que se supone tendríamos que darle. Nos mentimos. Y así pasan los años, simulandonos a nosotros mismos. Simulamos que interactuamos, simulamos que hablamos, simulamos que nos interesa. Pero perdimos. Perdimos aquel instinto, solo de el nos queda algún ligero recuerdo que a veces nos avisa que tenemos que corregir tarde o temprano el camino.
Y escuchar sin que nos hablen y contar sin hablar y mirar y poder ver verdaderamente.
Algo en nuestro interior, en algunos pequeños momentos de lucidez, nos dice que el tiempo va mas de prisa que de costumbre, que las cosas se suceden a velocidad vertiginosa, que la tierra se estremece, que llueve donde antes había sequía, que caen nieve donde nunca cayó, que se deshiela el hielo, se secan algunos ríos y se inundan las ciudades. Que la tierra tiembla más que nunca, que los científicos ya dicen que todo esto no tiene que ver con el cambio climático sino conque el universo esta entrando en una nueva dimensión y ubicación que genera estos y mas cambios drásticos en todo el sistema solar y por lo tanto tambien en nuestro planeta Tierra.
Pero seguimos igual sin querer escuchar y sin poder hablar. Como si pudiéramos tomarnos nuestro coca cola fresquita en la tumbona, eternamente.
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