No podemos negar que son innumerables los factores externos que necesitamos para sentirnos bien. Que salga el número que jugamos a la Primitiva, que nos presten atención, que nos mimen, que no llueva, que no halla atasco, que no me lleven la contraria, que pasen en la radio el tema que estoy esperando, que no me vengan arrugas nuevas, que nadie me moleste, que el perro no ladre, que el vecino no ponga su música alto, que no me cruce con aquella, que vengan a por mi, que paguen mis consumisiones, que se acuerden de mi cumple, que me inviten a cenar, que me escuchen, etc..
Tal vez llego el tiempo de mirar un poquito hacia adentro y encontrar la manera de sentirnos bien con nosotros mismos y en nosotros mismos, sin necesidad que esta sensación de bienestar siempre este condicionada a algún o muchos acontecimientos exteriores. Seguramente cuando nos sintamos bien con nosotros mismos entonces recibiremos muchas mas situaciones externas que nos hagan sentir bien y muy bien. Por supuesto que primero debemos estar dispuestos a enriquecernos con nuestra propia existencia sin pretender que sean los demás quienes trabajen por nuestra felicidad. Porque entonces eso nunca sucederá, nunca seremos entera y realmente felices. ¿No será porque es inevitablemente un trabajo de cada uno y por cada uno?.
Como dice el dicho antiguo y sabio: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy y ponte al día contigo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario