Van pasando los años y cada vez me sorprende más lo diferente que somos uno de otros. ¡Pero diferentes diferentes!
Porque soy diferente a ti y tú diferente a mí y ambos diferentes de todo el resto.
En tus zapatos, en tu camisa, en como miras, en como ves, en cómo me muevo, en cómo te mueves. En lo que me ilusiona, en lo que me preocupa, en mis miedos, en lo que me pone ansioso. En adónde voy y de dónde vengo. En lo que leo y escucho. En lo que no leo y escucho. En lo que como. Con quien me junto y a quien ignoro. Lo que han visto mis ojos y lo que no he sido ni soy capaz de ver. En lo que bebo y en cuanto bebo. En los momentos que siento frio o calor. En lo que conozco y en lo que ignoro. Lo que me hace conciliar el sueño y lo que me lo quita. En el grupo familiar en el que nos hemos criado. En los sitios que hemos visitado y conocido. En cómo me tumbo en la cama. En como manipulo y como manipulas. En lo que creo y en lo que he dejado de creer. En cómo cambio y lo que cambiaré.
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